Savannah: la musa porno que inspiró «Sweet Child O’ Mine»

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Cuentan que Savannah se metió en el porno por despecho, cuando, al acabar la gira con Gregg Allman (de los Allman Brothers Band), este volvió con su ex-novia, Cher.

Se han escrito mil millones de canciones sobre groupies, pero pocas como esta esconden una historia trágica que lo tiene todo: sexo, drogas y rock&roll.

En la primera mitad de los ’90 una de las reinas del porno era Savannah, una rubia con una infancia turbia que había descubierto en sí una debilidad por los roqueros. Fue después de pasar toda una gira con Gregg Allman que decidió dedicarse al entretenimiento para adultos. La cosa es que conoció a Axl Rose quien según sus palabras era un inútil en la cama y luego pasó a Slash, con el que tuvo algo más serio. Tanto, que el guitarrista llegó a plantearse la boda… de no saltar dos escándalos simultáneos: el primero, que toda la concurrencia de una famosa discoteca de L.A. la vio darle una mamada a un espontáneo en la barra; la segunda, que la muy descerebrada había vuelto por la puerta grande a la heroína, su verdadero y único amor.

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No es tan raro que músicos del mismo grupo se pasen groupies, sobre todo cuando, como en el caso de Axl, sexo y coca combinar como el puto culo.

Savannah era excesiva en todo. Y soberbia. Buena parte de sus compañeros de escena la odiaban. Era la “Reina de Hielo”. En lo personal, en el ’94 las cosas no le iban especialmente bien, y le faltaba la guinda. Había sido rechazada de un reportaje para Hustler, el IRS (la hacienda americana) la perseguía para que pagase su inmensa deuda y tenía que aceptar bolos de stripper en antros de mala muerte para seguir tirando.

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Apariciones en revistas masculinas, como ésta, eran escasas, especialmente porque tenía un caché elevadísimo,culpa de ser una politoxicómana y caprichosa manirrota.

Vamos a la noche del 11 de julio del ’94. Volvía de una fiesta con Jason Swing de House of Pain (no el grupo que canta “Jump around”, otro menos conocido), perdió el control del volante, el coche se le fue contra una valla y ella se golpeó contra el volante, haciéndose una brecha en la cara y destrozándose la nariz, pero nada tremendo. Al llegar a casa, pidió a Jason que sacase a pasear a su rottweiler, ella no podía, tenía que anular un bolo de mierda en un antro de striptease, y según su manager así hizo, entre lágrimas y frases deslavazadas sobre el fin y que la había cagado.

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Este es el mismo modelo, un Chevrolet Corvette Coupé blanco del 1988, con el que se estrelló. Un modelo rediseñado de un coche clásico americano. Típica horterada californiana de los ’80.

Luego bajó al garaje y se metió una 9 mm en la sien. La encontraron su manager, que vino alarmado por la llamada y Jason que volvía de pasear al perro, en medio de un charco de sangre.

Con una cicatriz en la cara, se había acabado su carrera. Al fin se había salido con la suya: quedarse sin nada.

La prensa fue especialmente cruel con ella, las publicaciones sensacionalistas casi celebraban con champán la “muerte de la furcia”, como llegaron a publicar algunos. Aprovechando el tirón, Penthouse sacó un vídeo porno con su última actuación. Pero quizá, independientemente de cuantas cintas X protagonizase, para la gran mayoría, seguirá siendo la chica rubia platino de «Sweet Child O’ Mine».

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